Pasaste por la ensenada
y sin que nadie te viera.
derechito a la laguna
con tu camisa de seda.
Charlando con la cascada
mirabas el agua pura
en que la luna se baña,
y no me quisiste llevar.
Y fuiste solo testigo
del baño de la laguna.
con tu camisa de seda
que a mi me gusta tocar.
Hablaste sin un testigo...
Inés --2009